jueves, 26 de enero de 2012

At the beggining. Anna Parker.


Anna Parker
Mi despertador sonó por sexta vez. Pero no fue por eso que me levante, mi padre tocó la puerta, o ¿Debería decir que la aporreó?
— ¡Anna!, ¡Levántate!  Dijiste que irías a correr.
 No quiero — dije desde mi cama. Y no quería pararme de allí, ni para correr, ni para la estúpida universidad. Yo ya tenía una donde estábamos, y ¿ahora papá quería regresar a Nueva York?
Además estábamos a principios de enero, ¿A qué universidad se le ocurría iniciar cursos en enero? A ésta. Y sólo para la generación que iba a entrar hace 6 meses. Todo por un “experimento”. Aunque a papá le hayan brillado los ojos, yo me siento un conejillo de indias. Al menos, en otra universidad, hubiera podido tener 6 meses de vacaciones más, hasta el otoño, pero…no.
En fin, me levanté. Sabía que papá la estaba pasando muy mal. O, la seguía pasando muy mal. No es fácil ser un científico viudo, al menos ahora estaba de nuevo en la gran manzana. Dijimos que haríamos una lista de 12 propósitos y los cumpliríamos…correr, demonios. ¿Por qué no se me ocurrió “descansar más” como propósito?
Me  puse un pants negro, y salí de la casa sin hacer caso del jugo que había puesto papá en la mesa. Afuera, me sentí un poco mejor y me dirigí al convenientemente cercano, Central Park.
Me fije en que era grande y bonito, pero sobretodo grande. Comencé a caminar, mientras sacaba mi amado mp3, y lo puse en shuffle. Bien, John no me inspiraba para correr, tampoco The Beatles, ni the Who, ni Eric…maldecí, pensando en que no tenía música para correr, y visualicé una banca en la que podía sentarme y perder mi tiempo una hora, esperando a que papá saliera de casa para regresar. Cuando, vi una chica rubia con gorro que giraba su cabeza, calentando. Decidí seguirla. Comenzó a girar las muñecas y entonces me acerqué.
— ¿Te ejercitas para escribir? — dije, pero la chica no me escuchó, traía puestos unos audífonos, así que le hice señas. Tuve que intentar no reír de nuevo al ver su reacción. Intentó, quitarse los audífonos, contestarme, voltearse y dejar de correr al mismo tiempo, lo que causo que pisara su agujeta, por cierto desatada y cayera de bruces.
— Auch. — fue lo único que dije mientras la miré levantarse
— Lo siento — dijo mientras se incorporaba, e intentaba salir de entre sus audífonos enredados.
— ¿Porqué te disculpas?
— Amm, no lo sé… — dijo ella y sonrió apartándose un mechón de la cara.
— Tus agujetas.
— Oh, gracias — dijo ella agachándose a amarrárselas, y después se incorporó, extendiéndome la mano —  Soy Katherine Hale
 Un gusto Kat ­—  dije estrechándole la mano —  yo soy Anna Parker, mis amigos me dicen Anna, pero tú puedes llamarme Anna.
— Un placer — dijo ella — ¿Quisieras terminar tu trayecto conmigo?
— ¿Qué? — dije soltándola y mirando hacia el horizonte, fingiendo no entender
— ¿No viniste a correr? — dijo ella sonriendo y estaba a punto de decirle que no, que había acabado mi ejercicio pero se me ocurrió algo mejor.
— ¿Qué estabas oyendo?
— Muse.
— ¿Muse?
— Sí… tú sabes…inspira.
— Bien,  — dije tomando mi mp3 y poniendo todas las canciones de Muse — veamos si funciona
Katherine me dedicó una sonrisa y comenzamos a correr.
Pasó un horrible minuto y me detuve.
— ¿Qué sucede? — dijo Katherine
— Es horrible, no puedo continuar
— ¿Qué? ¿Te duele algo?
— ¡Los oídos! — Dije — ¡Mataré a mi primo por poner Muse aquí!
— ¿Y a mí por sugerirlo? —  dijo Katherine con media sonrisa
— Quizá lo haga esta noche, quizá lo haga mañana, pero ahora no — dije moviendo las manos — debo volver a la madre nodriza.
— Bien Anna — dijo Katherine agitando la mano, y poniendo de nuevo play en su reproductor. — Ya nos veremos. ¡Adieu!
— ¡Ciao! — dije alzando mi mano también y me dirigí de nuevo a “casa”, seguro papá ya se habría ido a trabajar.
Entré al edificio, y en nuestra puerta, había un recado de papá.
“Diviértete hoy en la Universidad Annie, hice el desayuno, te quiero. Papá”  
“Te quiero. Papá.” Mi padre, como siempre es un gran orador. Sonreí y entré.
El olor a mantequilla me puso de mejor humor. Tome uno de la pila, y me lo metí a la boca, mientras sacaba el  jugo del refrigerador, le di un sorbo al envase, y fui con todo a mi cama. Aún era muy temprano. Después de acabarme el waffle, me tapé. Hacía un frío de locos. ¿Qué clase de gente me encontraría en la universidad?
Mi celular sonaba en algún lugar de la habitación. Estúpido Chuck Berry, ¿No podía dejar de tocar?  Molesta, me levanté, no recordaba haberle puesto esa canción a nadie. Encontré entre la ropa lo que buscaba. Sophia McGee llamando, ¡Demonios! ¡Ya eran 8:20! ¡Había quedado de estar 8:15!
Salté rápidamente a mis jeans, me puse mi playera negra de los Beatles, y tomé una chaqueta de mezclilla. Cepillé rápidamente mi cabello, aventé todo lo que vi en mi escritorio a un morral vacío, y salí corriendo, abotonándome la chaqueta.
— ¡ Lo siento Sophie! — dije abriendo la puerta del edificio.
— Anna, creo que olvidas algo — dijo ella
— No, no, vámonos… — dije yo adelantándome a la banqueta.
— Tus zapatos…— dijo ella
— Oh, esos
— Aun tenemos algo de tiempo, si quieres espero aquí. — dijo Sophia
— Bueno, acompáñame — dije jalándola del brazo y metiéndola al edificio. — No tardare nada.

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De nuevo, yo.
Si, me sentía mal de ser la unica sin escribir asi que...2.
Chafas y cortos, pero 2.
n_n
Bueno, aquí conocímos a otro personaje más: Anna Parker , ¿Y quién creen que sea? Bueh. XD, lo dejaré para que contesten, umm, dos introducciones de 4.
XD, ¿Quieren saber de que se trata?
Bueno, pronto lo sabrán.
Amm...si, otro personaje. ¿La rubia torpe? ¿Quien da mas?
XD
mm....ok, creo que el cansancio me hace escribir tonterias
Se les quiere
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La, la, la...!


At the Beggining. Sophia McGee

Sophia McGee

Siempre me han gustado los comienzos. Eso es lo que me tenía sin dormir desde las 4:30 de la mañana. No podía levantarme aún, simplemente era un poco ridículo levantarse a las 4:30 si mis labores comenzaban a las 9:00.
Eran las 6:30 cuando se abrió la puerta de mi habitación. Detrás de ella apareció Susan, una chica que está en la casa desde que tengo memoria, hija de la señora Scoapes, encaragada de cuidar de los asuntos de la casa. Molly Scoapes siempre me trató como una madre. Y Susan y yo siempre nos llevamos bien. Ambas castañas con el cabello rizado, con ojos oscuros y grandes.  La señora Scoapes, más bajita y rechoncha que su hija.
— Buenos días señorita McGee... — dijo mientras acomodaba las cortinas
— Susan... — dije cansina, ya que odiaba que gente que me conocía desde que usaba pañales me dijera "Señorita McGee".
— ..Será un lindo día...
— Susan... ¿Qué es lo que hablamos?
— Oh, lo siento Sophia — dijo ella sonriendo y saliendo un momento por la puerta, para volver con una taza. — tú sabes, la costumbre.
Sí, yo lo sé. La costumbre. Delante de mis padres u otros empleados, no podía decrime así.
— Lo sé Sussy — dije suspirando, y por fin, me levanté. Ella negó sonriendo con la cabeza y salió de la habitación.
No hay nada mejor que un café en la mañana. Mientras lo tomaba, me paseé por la habitación, inquieta. Hasta que me harté. Tenía demasiada energía. Necesitaba hacer algo. Dejé el café en el buró, a sabiendas de que no estaría ahí cuando regresara y que mi cama estaría tendida. Me puse unos pants, y salí de la habitación.
Al salir, encontré a mi mamá, que se ponía unos pendientes de perlas. Alta, morena, con el cabello negro azabache, y muy guapa. Vestida con su traje sastre. Al verme, levantó las cejas con sorpresa. Me evaluó de arriba hacia abajo y por fin habló.
— Sophia, es muy temprano.
Sí madre, es temprano ¿Y?
— Voy a hacer algo de ejercicio mamá.
— Oh, bien — respondió aliviada, y se acomodó el saco. — Yo voy a la empresa.
La empresa, ese era el nombre que tenía el otro hijo de mis padres. El favorito, su bebé. El que esperaban que yo cuidara e hiciera crecer y prosperar,  cuando llegara el momento.
— Sí mamá.
— Adiós Sophia. — dijo ella y se fue. Me di la media vuelta y busque el gimnasio. El demostrar el afecto no es una de las cualidades de mis padres.
Cuando terminé de hacer ejercicio, fui a bañarme y a alistarme. Envuelta en una toalla, me miré en el espejo. Este día, yo Sophia McGee, comenzaría la universidad. Sonreí ante la idea. Peine mi cabello rápidamente, antes que comenzara a secarse. Mi cabello es chino como el de mi padre y azabache como el de mi madre.  Mis ojos, son negros y grandes como los de mi padre. Cuando terminaba de acomodar el último chino, sonó la puerta.
— Adelante. — dije admirando como había quedado mi pelo.
— Sophie, ¿Aún no te has vestido? — me dijo la señora Scoapes entrando en la habitación. — Te dará una pulmonía.
— Ahora mismo me visto. — dije sonriendo y mostrando todos mis dientes.
— Oh — dijo ella — te ayudaré, aún tienes que desayunar, y recoger a la señorita Martin.
— Lo bueno, es que me levanté temprano — dije mientras la miraba entrar en el armario.
Después de un minuto, su brazo me pasó a través de la puerta, un traje de saco y falda blancos, con la orilla negra, debajo de la falda. Y con las orillas negras en las mangas, y donde se cerraban los botones. Lo puse sobre la cama, y me pasó una blusa negra de botones.
— ¡Oh, Molly! Mi playera... — dije esperando que saliera otra prenda.
— Claro Sophie — dijo Molly y salió con una playera negra de manga corta, con la imagen dibujada de los Beatles cruzando el Abbey Road.
— Gracias Molly — dije sonriendo y poniéndome mi playera de la suerte, y arriba la blusa. No podía comenzar este ciclo sin ella. Después de todo, los 4 fabulosos me habían acompañado a todos lados.
Después de un gran desayuno,  preparado por Joanna, nuestra cocinera, salí en mi auto a las calles de Nueva York.
En realidad no maneje mucho, porque la casa de Anna Parker estaba a sólo un par de calles de mi casa. Sólo había visto a Anna una vez en un restaurante, una semana atrás.
Ese día mi padre me esperaba en casa, lo cual era sumamente raro. Nos sentamos a tomar un café y me dijo que tenía un nuevo socio, que acababa de mudarse a Nueva York, y que tenía una hija de mi edad. Además de que, entraría en la misma universidad.
Cuando me di cuenta, mis padres y yo estábamos en un restaurante con Peter y Anna Parker. Fue una comida graciosa, Anna llamó al mesero garçon, pidió cerveza aunque no estaba en la carta, y pidió que cambiaran la música del lugar. Fue una cena que en realidad disfrute, a mis padres les escandalizó un poco; pero como su socio lo vio bien, parecieron olvidarlo de inmediato. Me ofrecí a llevarla a la universidad, alentada por mi padre y, aquí estaba.
Baje del auto, subí los tres peldaños que me guiaban hacia la puerta, y toqué el timbre. Seguro, este inicio sería muy interesante.

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Bueno, bueno. Se que no se entiende.
XD, ya ven que me gusta cambiar el nombre a nuestras protagonistas.
Esta sera una historia....¿original? Si asi puede decirse...XD
Habra 4 capitulos de introducción.
Este es el primero.
Stephie, eres Sophia (que creativa soy)
Comenten, si quieren.
Si, sí quieren.

SE LES QUIERE!