Anna Black.
Salimos de mi casa y nos subimos en el auto deportivo de Sophia, un modelo
que no conocía y no me molesté en preguntarle. Nos fuimos corriendo a la
Universidad, a una velocidad mucho más alta de lo normal, seguramente Sophia no
querría llegar tarde. Cuando entramos al abarrotado estacionamiento de la
Universidad, desaceleró y se deslizó hasta un lugar que encontró cerca de la
entrada. Faltaban 6 minutos.
— Vaya, faltan 5 minutos. — Dijo Sophia mirando su reloj — Un poco más y no
llegábamos.
— Si — dije yo bromeando — suerte que puedes conducir para salvarnos la
vida si quieres.
— Bueno — dijo ella disculpándose
con una sonrisa — Ya sabes, hoy es muy importante que asistamos
— ¿Ah, sí? — dije saliendo del auto a la vez que ella salía también
— Sí, si alguien no asistía hoy, bueno…tendrá que probar suerte en el 2013 —
dijo mientas caminábamos hacia un pasillo con árboles a los lados.
— Eres mi salvación, Sophia — dije y puse mi mano sobre su hombro. — Te
debo una.
— No es nada
— Oye, — dije soltándola — ¿Tú no tienes frío?
— No — dijo sonriente.
— Bueno, es que creo que iré por un café…
— ¿Te acompaño? — me pregunto con una cara de preocupación
— No, — dije negando y haciendo que girara — Tu adelántate, y entra a tu
clase, ¿Sí?
— Pero… — dijo ella
— Anda — dije yo alargando la palabra — ya nos veremos luego, ¿Sí?
— Bueno, hasta el rato
— ¡Te veo después! — dije agitando el brazo, hasta que se fue y me gire
para buscar un café.
No tuve que caminar mucho para ver un, ¿Starbucks? Bueno…abrí la puerta de
vidrio, y me encontré en el interior del típico Starbucks, ustedes saben:
sillones, sillas, mesas, alfombras, etc. Lo raro es que estaba desierto. A excepción
de un tipo que estaba en la caja. Que ni siquiera me dejo acercarme, ya que
dijo
— Esto, aún no se puede comprar café señorita
— ¿Y eso?
— Bueno, aún no han dado las tarjetas de este semestre.
— ¿Tarjetas? Solo quiero un café…
— Bueno, — dijo el chico rascándose
la cabeza — hace frío, y…venga.
Me acerqué tal y como dijo y me hizo una mirada significativa. El chico
tendría unos 20 años, tenía el cabello rubio lacio peinado hacia atrás.
— Si preguntan, compró el café afuera, ¿Está bien?
— Está bien — dije sonriendo y
entonces él, miro para todos lados, antes de servirme un café cappuccino. Bendito sea.
— Muchas gracias…ehm — dije intentando ver el pequeño letrero que debería
tener el nombre del chico
— Tom — dijo el
— Yo soy Anna — dije y el escribió eso con un plumón en el vaso.
— Bueno Anna, aquí tienes — dijo el
sonriendo y entregándomelo
— Gracias Tom, ¿Cuánto es?
— La casa invita
— No, no puedo…
— En serio
— Gracias Tom, tengo que irme a clase — dije guiñándole el ojo y me giré
para abrir la puerta — ¡Nos vemos!
Ahora, eran las 9:03, genial.
Simplemente genial. No correría. Decidí tomar mi café en lo que caminaba considerablemente rápido.
Llegue al auditorio “Gandhi” con 10 minutos de retraso, pero nada había
comenzado aún.
— Bah, — dije mientras me sentaba en la última fila, pero inmediatamente un
señor vino a decirme que me pusiera en la última hilera ocupada. Lo taladré con
la mirada, tomé mis cosas, y me fui más abajo. Tuve suerte de que me tocara la
orilla. Me senté al lado de una chica con lentes que dibujaba estrellas en su
cuaderno y se veía un poco despeinada. Decidí no hablarle, y esperar.
Pasaron 10 minutos más… ¿Es que ya no respetaban el tiempo de uno aquí?
Terminé mi café y miré de soslayo a la chica, sin querer hablarle aún. Cuando
por fin, el señor viejo, que resultó ser el rector, dijo unas breves palabras,
demasiado breves, ¿Qué está senil?
Después, una señora con cara de sapo y lentes, se puso donde estaba el
director antes y, dijo algo de unas bolsas debajo. Esta Universidad está
demasiado loca. Estos ricos están locos, primero los padres de Sophia, ¿Y ahora
esto?, ¿En dónde me metió mi papá?
En fin, tomé la bolsa que tenía un número nueve pegado. La bienvenida se
dio por concluida, ¡Aleluya! Media hora perdida de mi tiempo. Y ahora debía
buscar a los demás fulanos y fulanas que tuvieran el número 9. Bien, empezaría
con la primera fila, en el asiento 9.
Tomé mis cosas, y bajé los escalones diciendo “Number 9” al estilo de la
canción Revolution Number 9 de los Beatles. Llegué a la primera fila, y comencé
a caminar contando los asientos mentalmente, mientras seguía repitiendo Number
9.
Al llegar al número 9, encontré a una chica sentada, escribiendo algo. Miré
su cabello y vi que tenía chinos rubios, ¡Pero si era la chica del parque!
— Ajá — dije y ella volteó extrañada — Sabía que escribirías.
— ¿Anna? — Dijo ensanchando su sonrisa — Hola, ¿Pero qué haces aquí?
— Vengo a estudiar, creo. — Dije mirando alrededor — Aunque parece que soy
la única.
— Bueno habrá que darles su tiempo — dijo ella entre sonriendo y negando
con la cabeza. Y después dejó de hacer eso y me miró abriendo emocionada sus
ojos grandes. — ¿Qué numero tienes? —
Ésta chica me cae bien. Es… tierna, supongo.Tomé mi bolsa y se la puse
enfrente.
— ¡Yo también! — dijo sonriéndome al verla.
— Y, se puede saber, ¿Por qué te quedaste aquí sentada Katherine?
— Bueno ahora mismo, todos ellos — dijo señalando a todos los demás chicos
que estaban detrás de nosotras — están gritando, empujándose y no dejándose
pasar; intentando buscar a los de su número. Preferí esperar a que terminen
para después integrarme
— Interesante — dije mirando a la chica de lentes discutiendo con una chica
de cabello castaño con, ¿sandalias?
Después de unos minutos, los grupos se hicieron más marcados y los demás
dejaron de gritar, así es que fuimos en busca de las compañeras. Me fije que estaban
formando grupos de 4 y 5 personas, no tenía idea para qué hacían todo esto. Me
seguía sintiendo cada vez más un conejillo de indias.
Por más que buscamos no encontramos a nadie que no tuviera grupo. Hasta que
se me ocurrió que quizá se fueron al “aula designada”. Así que le sugerí a
Katherine que fuéramos a ver la hoja. Pero ella se quedó atrás diciendo que me
esperaría.
Quité a un par de tipos de entre la multitud que se arremolinaba alrededor
de la hoja, me escabullí. Busqué el número 9, y para mi alivio había una letra cursiva que decía: “Nos fuimos al salón” al lado del salón
que nos tocaba. El B009.
Salí de entre la multitud, y encontré a Katherine que me esperaba.
— Ya están en el salón.
— Oh, entonces vamos — dijo ella — ¿Cuál es?
— El…B009
— Creo que el edificio B es el de enfrente — dijo ella mirando como perdida
hacia el edificio
— ¿Conoces? — le pregunté
— Bueno, vine un par de veces antes de entrar — dijo ella — necesitaba ver
unos libros de la Biblioteca y… ¡Sí, es el de enfrente! ¡Mira! — dijo señalando
a un vitral, que estaba en medio del antiguo edificio, que formaba la letra b.
—Un vitral…— dije ladeando la cabeza para verlo mientras cruzábamos una
gran plaza para ir del auditorio al edificio B — Que original.
Llegamos al salón, que estaba en la planta baja, de ahí el “00” explico
Katherine. Recargada en la puerta, estaba la chica de sandalias y de espaldas,
estaba… ¿Sophia?
— ¡Sophie! — dije y ella volteó — ¡Tanto tiempo sin verte!
— ¿Se conocen? — dijo la chica de las sandalias, que viendo bien; vi que
tenía luces en su pelo castaño, y después se giro y miró a Katherine — ¿La
conoces? — y antes de que nos diera tiempo de contestar agregó: — ¡Yo soy
Michelle Firth, mucho gusto!
— Igualmente, yo soy Katherine Hale — dijo Katherine y extendió su mano,
pero Michelle, tomo la mano para jalarla y abrazarla. — Y bueno, — agregó
cuando se hubieron soltado — Yo la conocí
hoy. — dijo mirándome. — Ella es Anna Parker.
— Sí, en el parque. — Dije — Vaya, aprendiste mi apellido. — Y después me
gire a ver a Michelle — ¡Hola Michelle! — Y ella, sin esperar a que le diera la
mano, me abrazo.
— Sophia McGee, mucho gusto — dijo nuestra amiga de traje presentándose con
Katherine y ambas se estrecharon las manos.
— Katherine Hale — dijo ella y yo intente mantener su apellido en mi
memoria.
“Hale, Hale,
Hale, creo que lo tengo.”
— Yo que creí que me tocaría con algún chico en el equipo. — Dije y todas
me voltearon a ver — No se ofendan, pero la mayoría del tiempo me he llevado
más con los hombres que con las mujeres.
— Bueno, — dijo Katherine sonriendo —
a mi me sorprende mucho. Pensé que sería la única chica en el equipo. Es cierto
que en la Ingeniería cada día somos más mujeres, pero… ¿Las 4 del equipo? Vaya,
es genial.
— ¿In…que? — dijo Michelle
— No, yo voy para Diseño de Modas.
— Pero…— dijo mirándonos a cada una
Sophia — ¿Qué rayos? — Y después se detuvo en mi— Tú estás en Relaciones
Publicas, ¿No Anna?
— Negocios Internacionales…— dije igual de sorprendida que todas.
— Y supongo que tú… — dijo Michelle hablándole a Sophia
— Sí, Relaciones Públicas
— Somos conejillos — concluí molesta y crucé los brazos. — ¡Nuestras
carreras no tienen nada que ver!
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Bueno, me porté bien y.....¡A publicar!
Amm, si. Me tardé, pero aquí está.
Espero que les guste...
¡Bueno, ya nos conocimos todas!
¿Qué opinan de su carrera?
Ammm, no estoy inspirada. XD, ,vale off.
Por cierto, amo la mente de Anna, jajaja !