Sophie McGee
Antes de pasar a casa de
Michelle, pasamos por los instrumentos de las chicas en mi auto, cantando el
disco de Sgt. Pepper a todo volumen mientras manejaba por las calles de Nueva York. Michelle se sentó junto a mi, y Katherine y Anna se acomodaron en los asientos de atrás.
Primero fuimos a la casa de Katherine, que
era la más alejada de todas. Me gustó el barrio en el que vivía había muchos
comercios, y departamentos en las plantas altas, se veía bastante bien. Y podía conseguir de todo allí. Llegamos a un café que iba
a tener una inauguración, y abrió una puerta que estaba al lado que tenía un
pasillo, y unas escaleras con varias macetas.
— Es arriba — Katherine que se
colocó detrás de nosotras, y nos dejó pasar. — Adelante, están en su casa.
Yo subí la primera, y
llegué a una sala agradable. Llena de libreros con libros, y sin una
televisión. Había más plantas. Y la decoración era muy linda. Había un comedor
de madera a la derecha, y dos puertas y un pasillo.
Escuché algo chirriando, y agudicé el oído, parecía una llave de agua que se
cerraba.
¿Estaría su mamá en casa?
Y entonces, la puerta que
estaba frente a mí se abrió, y salió un chico de cabello chino oscuro, un poco
más alto que yo en toalla. Yo, me llevé las manos a la boca y lancé una
exclamación. El chico gritó y entonces se fue corriendo al pasillo.
— ¿Qué sucedió? — dijo
Katherine, que subió corriendo con Michelle.
— Un, ¡un chico! —
Comencé a decir, pero no pude terminar,
porque el chico volvió con unas gafas y un bate.
— Bruce, son mis amigas —
dijo Katherine molesta — ¿Por qué estás en toalla, y con un bate?
— Se supone que estabas en
la escuela — respondió él defendiéndose — me metí a bañar y dejé los lentes
allá. Alguien gritó cuando salí del baño.
Sentí que mis mejillas
enrojecían y mi estómago se revolvía.
— Lo siento — dije
apenada, y miré la alfombra.
— No lo sientas, Sophie —
dijo Katherine bromeando. — Cualquiera que vea a mi primo en toalla, grita y
corre. —Bruce rió y le dio con el bate en el brazo, aunque sin aplicar fuerza. —
¡Oye! — reclamó ella y le hizo un puchero.
— Bueno, señoritas, me
voy. Están en su casa — dijo Bruce mientras caminaba hacia el pasillo. — ¡Le
diré a tía Emma que no estás en la escuela!
— Sólo vine por unas
cosas. — gritó Katherine, y se oyó como cerraba las puertas. Después se volvió
a nosotras — Lo siento, chicas. Es mi primo. El y mis otros dos primos se están
quedando con nosotras.
— Pues, no se parecen —
comentó Michelle mirando detenidamente el cabello rubio platino de Katherine, y
sus rasgos.
— Bueno, no son mis
primos. Eso decimos, pero mi madre y la suya han sido muy amigas desde que
puedo recordar. Así que, sí. Para nosotros somos como primos.
— ¿Quién? — dijo Anna que
llegó con cuatro cafés en la mano. — Me dejaron sola allá abajo en la
cafetería.
— Mi primo Bruce — dijo
Katherine mientras dejaba sus llaves colgadas en la pared. — Oímos a Sophie
gritar.
— Sophie vio al amigo de
Katherine en toalla — Dijo Michelle riendo — Y, no está mal.
— ¿Ven chicos lindos en toalla y no me llaman? ¡Me
pierdo de todo! — exclamó Anna y dejó el café en la mesa del comedor.
—Linda casa, Hale. —
comentó. — No nos habías traído.
— Oh, de verdad lo siento,
pero en la tarde esto es un desastre, están mis dos primos, y mi prima y no nos
dejarían estar en paz.
— Oh bien
— dijo Anna con un tono lastimero — No nos quieres aquí, para coquetear
con tu guapo primo en toalla.
— No es su primo. — Dijo
Michelle — Quizá le gusta y no quiere enseñarlo por eso.
No sé por qué, pero no me gustó
ese comentario. Eran como hermanos, ¿no?,
¿Por qué iba a gustarle? No es que a mí me guste, pero eso sólo arruinaría la
relación que tienen, y pondría incómoda a su familia.
— Ay, chicas. Mejor voy por mis
instrumentos, siéntense por favor. — dijo señalando la sala, y todas lo
hicimos. Después de que se fuera, nos pusimos a ver los portarretratos que había
en una mesa.
Anna levantó una de Katherine
cuando niña, estaba abrazando a su madre.
— ¡Miren, tienen el cabello
igual! — Todas volteamos a ver la foto — Aunque no sacó sus ojos azules, los de
Kat son como…cafés, creo. Y sus facciones no son tan parecidas, debe haber
salido a su papá. Y las cejas…son gruesas, y… —
En ese momento Katherine volvió
con dos maletas grandes y me ofrecí a ayudarla con su teclado. Michelle se
levantó a ayudarme y Anna se quedó mirando la foto, y después negó con la
cabeza. Se levantó rápidamente, y tomó los cafés que había dejado en el
comedor, para después ponerse detrás de Michelle y de mí, que descendíamos en
las escaleras.
Una hora después ya teníamos
todos los instrumentos, y llegábamos a la casa de Michelle.
— ¡Amo este lugar! — exclamó Anna
en cuanto Michelle subió los switches que tenía para la luz, y toda su casa se
iluminaba. — Es como esas tiendas donde te dicen como decorar tu casa. —
Y es que, la madre de
Michelle había logrado acomodar todo a su gusto, el tamaño de los cuartos, la
decoración. Y el lugar era alto con ganas. Era lo más genial de vivir en lo que
antes había sido una bodega.
— Es la ventaja de que tu
madre sea una decoradora afamada — sonrió Michelle, y nos llevó por un pasillo
que tenía cuadros impresionistas. — Tengo un lugar perfecto para nuestros
ensayos. Después del largo pasillo, llegamos a una puerta morada. Michelle la
abrió y llegamos a una sala con forma hexagonal, grande.
Con dos mesas
rectangulares negras, unas seis sillas. Un par de sillones rojos, una mesita
redonda baja blanca y el centro despejado. Me encantaba, era perfecto para la
banda. Por primera vez en mucho tiempo, de verdad estaba emocionada por algo.
— Tenemos planeado hacerlo
un cuarto de juegos, pero hasta ahora no es nada.
— ¡Es genial! — dije
dejando una de las cajas de mi batería en el suelo.
— Tiene un lindo espacio.
— Podríamos poner nuestras
fotos en la pared. Traería un restirador, y mi maniquí, y mis cosas de costura
en esa esquina— dijo Michelle emocionada.
— Tiene una luz excelente — comentó Katherine y se sentó en un sillón — Oh, no me levantaré
de aquí.
Anna al oírla se sentó
junto a ella, a probar el sillón.
— Yo tampoco, Katie.
— ¿Han pensado que tipo de
música tocaremos? — pregunté jalando una silla, y después sentándome frente a
ellas, Michelle me imitó.
— ¿Rock? — preguntó
Michelle
— Eso es muy vago — dijo
Anna mirándose las uñas — hay muchos tipos de rock.
— Bueno, ¿alguna escribe? —
Anna y Katherine se removieron incómodas en su asiento.
— Yo digo que….lo tomemos
como salga — dijo Michelle
— O, bueno…tenemos dos
guitarras, un bajo, una batería y un teclado, ¿no? — dijo Katherine, resaltando
lo obvio.
— ¿Y? — preguntó Anna
— ¿Recuerdan otra banda
que tuviera esos instrumentos?
— Casi todas — respondió
Michelle, pero algo en mi cabeza hizo click.
— ¡The Doors! — exclamó
Anna al mismo tiempo que yo dije:
— ¡The Beatles!
— ¿Una banda tributo?,
pero hay muchas…
— Pero no de chicas —
sonrió Katherine. — Inclusive se me ocurre un nombre…The Cattarines.
— ¿Son los bichitos con la
espalda roja y con puntos? — pregunté recordando algo que había visto en un
museo.
— Exacto, así les dicen en
español.
— Son como los
escarabajos, pero en niña — Sonrió Michelle. — Me gusta.
— Y eventualmente, podemos
cantar nuestras propias canciones, ¿no? — dijo Anna
— Eso sería importante. —
Dije yo — Sería lo mejor.
— Bien, en lo que las
sacamos — dijo Katherine.
Y, ese fue el día que
comenzó nuestra banda.
Chico en toalla y Anna se lo pierde. No, no, no... por andar pensando en café.
ResponderEliminarYa te lo había dicho, ¡es genial! y y y y tenemos una banda y y y asadsfasdfsdf toco bajo y de nuevo, los Parker son muy distraídos xD
te amo, sigue escribiendo y ya.
me fui.
adsgafhgdahsdjakdshgs *------------* Bruce en toalla *----------*
ResponderEliminar(limpia su baba del teclado) xD
Ay, que buen capítulo!!! y tenemos una banda!!! y toco la bateria!!! soy genial xD
Me encantoooo!! :D :D